jueves, 16 de diciembre de 2010

sábado, 27 de noviembre de 2010

La torre de los siete jorobados

Creo que alguna vez he hablado por aquí de la escasa presencia en nuestras letras de la literatura fantástica, debida entre otras razones a que la única fantasía admitida en España durante muchos siglos ha sido la de la religión católica.

A pesar de todo, por imitación de lo que se hacía en otros países, acabó por implantarse también aquí una literatura escapista y divertida para entretener a las sufridas masas, y entre los autores más seguidos estaba Emilio Carrere, uno de esos bohemios españoles de principios de siglo que trataban de imitar a sus colegas franceses pero con bastantes menos recursos y glamour. Sin embargo, llegó a ser muy conocido y publicó prosa y poesía en muchas revistas literarias de la época. La torre de los siete jorobados fue su obra más famosa, aunque en realidad fue escrita "a cuatro manos", como veréis.

Al parecer Carrere, como buen bohemio, era bastante informal, y en este caso trató de colarle al editor un cuento ya publicado. El editor tuvo que recurrir a un "negro" no acreditado hasta hoy, el escritor de novelas pulp Jesús de Aragón, que fue quien dio cuerpo a la novela, rellenando los (muchos) huecos dejados por Carrere.

Así, desde su misma creación, este libro es una rara avis de la literatura española: un folletín al estilo francés, con asesinatos misteriosos, aparecidos, una extraña secta… salpicado con estupendos toques de humor, y lo mejor: cambiando la nebulosa Londres o la misteriosa París por nuestro castizo Madrid, con todo lo que eso supone. Magnífico.

Fue llevada al cine por Edgar Neville, en otro caso único de nuestro cine clásico, una peli de aventuras y misterio, y aunque Neville tuvo que hacer bastantes recortes en el guión para ajustarse al presupuesto, consiguió hacer una gran película de este gran libro.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Ciencia ficción para principiantes

Otro proyecto fallido: hace más de un año me ofrecieron publicar estas dos páginas en una revista (no profesional), pero han debido tener problemas, porque la revista no ha salido. Así que os cuelgo aquí las páginas para que podáis disfrutar de mi primera incursión en el tebeo infantil (o algo así). Está dedicado a mis sobrinetes.


martes, 5 de octubre de 2010

¡Nadad libres!

La historia que nos narra el canadiense Sébastien Chrisostome es la clásica historia de jóvenes haciéndose adultos, sólo que aquí los jóvenes son tres amigos salmones que remontan el río en busca de hembras, y la madurez sería el gran océano, al que llegan tras vivir increíbles aventuras.

Me ha gustado la decisión de la editorial de colgar las 11 primeras páginas en su web. Probad a leerlas, a mi me engancharon así, por su dibujo desenfadado, su estupendo color y porque ya desde la segunda página quedan perfectamente definidos tanto el tono de humor de la serie como los caracteres de los personajes, y se queda uno con ganas de saber más del "líder" Josi, el escéptico señor Nale y el ingenuo Marsha.

Su frescura me ha recordado las maravillosas películas de Pixar (sobre todo Buscando a Nemo, claro) con el añadido de un "toque ácido" europeo. Una gozada de cómic, de principio a fin.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Julio César / Antonio y Cleopatra

Voy a empezar a incorporar a mis lecturas clásicas otras obras más modernas que tengan relación con la época histórica que "toque" en cada momento. En este caso me he leído dos obras de Shakespeare ambientadas en la antigua Roma, en las que el genio inglés sigue fielmente las Vidas Paralelas de Plutarco, poniendo de su parte la estructura dramática y unos brillantes diálogos.

La vida de Julio César ha dado para mucho, como ya vimos. En ésta obra lo encontramos al final de su vida, rodeado de intrigas políticas, aduladores… en realidad es el personaje de Bruto quien lleva el peso de la obra, debatiéndose entre su fidelidad a César y su conciencia de que Roma marcharía mejor sin él. Ya sabemos cuál fue su decisión, en cualquier caso ésta es una magnífica obra en torno a la siempre complicada (y a veces odiosa) política.

Antonio y Cleopatra me gustó más, si cabe, porque a las intrigas políticas se añaden las amorosas, la disfruté mucho más: el diseño de personajes es magistral, los cambios de escenario, el ritmo… se muestra la lucha por el poder entre César Octavio (el futuro Augusto) y Marco Antonio, que está "poseído" por Cleopatra y se abandona a una vida disipada en Egipto provocando el escándalo en la (todavía) sobria Roma. Hay un momento increible en el que Cleopatra (cito de la wikipedia):

Se imagina que "los rápidos comediantes / Extemporáneamente nos representarán, y presentarán / Nuestros entretenimientos alejandrinos: Antonio / Será representado borracho, y yo veré / A algún chillón joven hacer de la grandeza de Cleopatra / la postura de una prostituta." Este discurso está lleno de ironía dramática, porque en tiempos de Shakespeare Cleopatra realmente era interpretada por un "joven chillón", y la obra de Shakespeare representa los entretenimientos borrachos de Antonio.

jueves, 12 de agosto de 2010

Primavera de España

Francis Carco era conocido como cantante y escritor en los ambientes bohemios del París de principios del siglo XX, donde había escandalizado con sus descripciones de la vida canalla. En 1928 viajó a España para dar una visión del país distinta a la clásica de otros viajeros anteriores como Gautier o Barrès. Muchas veces Carco escribe a la contra de esos ilustres predecesores, y a la vez se lamenta de que ya no exista la España pintoresca de otros tiempos, a pesar de que en su viaje se encuentra toreros, bailaoras gitanas, la típica dejadez hispana en el cuidado de monumentos, o pícaros que empiezan a aprovecharse de un turismo creciente (estaba muy cerca la Exposición Universal de Sevilla del 29), ¿y aún le pareció poco pintoresco?

De cualquier modo, la auténtica visión novedosa del país la encontramos en el recorrido por los barrios bajos de Cádiz, Sevilla, Barcelona… se nota que es la especialidad del autor. Carco se aventura por los ambientes más arrabaleros, dejándose guiar a veces por extraños cicerones, y se topa con un país de contrastes, en el que no es raro ver una imagen de la Virgen en un prostíbulo, o comprobar que la homosexualidad es tolerada, siempre que esté bien escondida para guardar las apariencias.

Como veis, el tema es muy interesante, y aunque la forma de narrar de Carco se me hizo pesada en varias partes del libro, vale la pena leerlo y asomarse a la España de esa época, un país pobre pero con futuro y buen humor, algo que también perderíamos pocos años después con la guerra.

martes, 20 de julio de 2010

Yonqui / El almuerzo desnudo

Hace unos años intenté leer El almuerzo desnudo (1959), de William S. Burroughs, pero tuve que dejarlo, abrumado por semejante despliegue de paranoias e imágenes inconexas. Decidí leerme primero Yonqui (1953), una de sus primeras obras y mucho más accesible, además de estar relacionada con El almuerzo por el tema de las drogas. Aunque en cierto modo, Yonqui es todo lo contrario: su estilo es directo y sin florituras, simplemente la narración de la vida de un adicto, en gran parte autobiográfica: sus dificultades para comprar, para vender, para sobrevivir al mono y huir de la policía. El yonki visto desde fuera, como en un documental.

Al terminar me vi preparado para volver a El almuerzo desnudo. El yonki desde dentro: paranoia constante, alucinaciones, aberraciones de todo tipo, realidad irreal… y el estilo es experimental, cercano a la prosa poética, propio de un Burroughs más curtido en literatura (y en el uso de todo tipo de drogas) que lo da todo en esta novela. Si bien algunas partes son prácticamente incomprensibles, las más son deslumbrantes, y el conjunto vale mucho la pena. Acierta la contraportada cuando dice que, como en Rimbaud, cada línea contiene mil imágenes nuevas y sugerentes. Si fuera un cuadro sería abstracto y provocativo, ¿un Duchamp? De hecho, la técnica narrativa de Burroughs estuvo influenciada por un pintor amigo llamado Brion Gysin, que animó al escritor a emplear su técnica de "cut-up" en narrativa. Gysin sostenía que la pintura le llevaba 50 años de ventaja a la literatura. Posiblemente los libros de Burroughs hayan recortado sensiblemente esa distancia.

martes, 29 de junio de 2010

Poema de Gilgamesh / Bhagavad Gita

No tenía planeado incluir estos dos textos en mis lecturas clásicas, pero en una feria del libro antiguo me encontré con esta joyita: uno de los tomos de la Biblioteca Borges que editó Orbis en los 80 (¡reedición ya!), y de la que con éste ya poseo dos volúmenes.

Se considera al Poema de Gilgamesh la narración escrita más antigua que se conserva. Aunque incompleta y con abundantes lagunas en el texto, nos permite seguir las hazañas del héroe Gilgamesh, que pudo haber sido un antiguo rey sumerio divinizado (habría vivido 2.500 años antes de Cristo, casi nada). Lo más interesante es su descenso al reino de los muertos para rescatar a su amigo Enkidu, y las referencias a un gran diluvio que podría ser el mismo que relata la Biblia.

El Bhagavad-Gita forma parte del mucho más extenso poema indio Mahabharata (creo que hay una serie de la BBC, por si os interesa). El héroe Arjuna tiene dudas sobre si debe o no participar en una batalla, así que el dios Krisna se le aparece para aclararle las ideas, explicándole conceptos clásicos del hinduismo como la reencarnación, el dilema entre acción e inacción… Parece una buena introducción a la religión india, aunque desde luego no es una lectura fácil.

Como dice Borges en su prólogo, refiriéndose al Gilgamesh: "Sus páginas inspiran el horror de lo que es muy antiguo y nos obligan a sentir el incalculable peso del Tiempo".

lunes, 31 de mayo de 2010

Poema en viñetas

Un grande de la literatura del siglo XX, Dino Buzzati, nos sorprende con un interesante experimento de cómic pop sesentero (cosecha del 69) en el cual recrea el mito de Orfeo y Eurídice desde un punto de vista moderno, descenso al inframundo incluido. Las ilustraciones corren a cargo del propio Buzzati, que hacía sus pinitos como pintor, y aunque ni sus dibujos ni el coloreado me parezcan destacables por sí mismos, el conjunto de imágenes y su fusión con el texto si que me ha gustado mucho, y en muchos momentos me ha parecido brillante, alternando surrealismo con expresionismo, psicodelia…

Por desgracia, en su edición española han decidido rotularla con la más odiada de las tipografías, la comic-sans. Yo no suelo ser muy radical con estas cosas, pero en este caso me ha indignado porque afea muchísimo el resultado. Os dejo un ejemplo comparativo con la edición original y la versión inglesa, y ojo porque aquí no se aprecia mucho el desaguisado, hay páginas con más texto que son para echarse a llorar. Una pena.


miércoles, 19 de mayo de 2010

El ángel triste

A finales de los 80 yo era un adolescente aficionado al cine español. Y es que si una noche te encontrabas una peli española en la tele había muchas posibilidades de vislumbrar alguna teta furtiva, y en aquellos años… si, ya lo sé, pero qué queréis, las hormonas… no me miréis así…

El caso es que una de esas noches, gracias a mi "afición" descubrí una película española cuyo argumento se me quedó grabado: su título era Bajo en nicotina (Raúl Artigot, 1983) y la protagonizaba un joven Oscar Ladoire. El personaje de Ladoire vivía solo en un apartamento, y su mayor placer era prepararse una taza de leche con miel para disfrutar en soledad y en vídeo de algún clásico del cine… hasta que las discusiones a gritos de los vecinos empiezan a molestarle, y decide resolverlo por la vía rápida… No recuerdo mucho más, pero sí que empaticé con ese protagonista al que no le dejan disfrutar de su soledad.

Aunque he buscado por ahí, no he conseguido la película, pero sí el libro en que está basada: El ángel triste, de Carlos Pérez Merinero, y ha sido una grata sorpresa. Es cortita y se lee de un tirón, está narrada en primera persona usando un lenguaje coloquial y unos diálogos afilados, muy de serie negra, que mantienen la atención del lector hasta el final, un final que por desgracia no está a la altura del resto del libro.

No conocía de nada a este escritor de novela negra, profesor universitario, guionista y desde hace poco director de cine, aunque su relación con el celuloide viene de antiguo: de El ángel triste existe otra adaptación, Bueno y tierno como un ángel (J.M. Blanco, 1988), y suyo es el cuento en que se basa Best Seller (Carlos Pérez Ferré, 1996), otra peli que disfruté mucho, con el gran Karra Elejalde. También colaboró en el guión de Amantes, de Vicente Aranda, y en 1997 debutó como director con Rincones del Paraíso.

lunes, 10 de mayo de 2010

Comentarios a la guerra de las Galias

Año 50 antes de Cristo, toda la Galia está ocupada. ¿Toda? Pues si, toda… pero no fue fácil. Qué ganas de volver a leer Astérix después de este libro con el que está tan relacionado. Y qué bien me lo estoy pasando con los clásicos, me maravilla pensar que desde estos textos nos habla el auténtico Julio César, el personaje histórico… es una pena que se hayan perdido otros escritos suyos, entre ellos un tratado sobre el juego de los dados (¡!).

En estos Comentarios, compuestos a partir de los informes remitidos al Senado para dar cuenta de sus campañas en las Galias, César procura dejarse bien a sí mismo (ya dicen que la Historia la escriben los vencedores) y aumentar así su prestigio en Roma, justificar sus batallas, pedir más tropas, etc. Lo que viene siendo usar la guerra como estrategia política, algo que no ha cambiado mucho con los siglos.

Y si no puede quedar en buen lugar, desvía elegantemente la atención, como en el libro VI, donde a falta de progresos en la guerra aprovecha para describir las costumbres bárbaras de galos y germanos, algo que debió fascinar a los "civilizados" romanos de la época, y nos fascina más aún a los lectores de hoy en día.

La crónica abarca nueve años de guerra en los que asistimos a largos asedios, alianzas (muy inestables) con algunas tribus galas, incursiones en Britania, alardes de estrategia militar y política, y también mucha violencia: una de las frases más repetidas es "e hicieron muchas muertes", cuando las legiones arrollan a los pueblos vencidos. Cito de la introducción:

"se ha calculado que, de una población que rondaría los diez millones de habitantes, un millón fue exterminado y otro vendido como esclavo, la destrucción y el saqueo arrasaron la totalidad del territorio y fue tal la cantidad de oro que afluyó a Roma que el precio del metal se depreció en una cuarta parte."

miércoles, 28 de abril de 2010

El arte de volar

"De todas las historias de la Historia sin duda la más triste es la de España", escribía Gil de Biedma.

Partiendo de unas cuartillas que su padre dejó escritas antes de morir, el guionista Antonio Altarriba recrea la vida de éste, que abarca casi todo el siglo XX español. Padre e hijo se funden en un solo narrador para contar historias que a todos nos suenan familiares: las duras condiciones del campo, la guerra civil, el exilio, el franquismo, la transición, el desencanto… La obra tiene la fuerza y la credibilidad de los hechos reales, salpicados con otros ficticios que la dotan de ritmo y a veces incluso de humor, a pesar de que la sensación que deja en el lector es la del verso que he citado al principio.

Kim es un dibujante más que cumplidor, y se agradece el grado de detalle y la cuidada ambientación que aporta, pero juega en su contra que se le relacione tanto con su trabajo en El Jueves. Al menos a mí me ha pasado…

Este cómic se ha convertido desde su aparición en un clásico instantáneo, y yo estoy de acuerdo, sin duda es lo mejor que se ha hecho en este país en mucho tiempo, además de una lección de Historia que bien podría leerse en los institutos.

sábado, 3 de abril de 2010

El mal de Portnoy

Siempre digo que los gobiernos deberían obligar a toda la población a ir al psicólogo una vez al año, por lo menos. Ahora que, al parecer, la religión cotiza a la baja (y yo me alegro), a todos nos vendría bien confesar nuestros problemas al psicólogo, creo que ahorraríamos en drogas, en policías, en clínicas de estética…

Esta novela de Philip Roth es toda ella una sesión con el psicólogo. El paciente es Alexander Portnoy, un treintañero judío de New Jersey, un abogado de éxito al que todo parece irle bien. Pero según va repasando su vida, van saliendo a la luz los años de frustración y neuras acumulados, especialmente en torno a tres temas: una madre de las que traumatizan, su obsesión por el sexo y su estricta educación judía.

Desde que se publicó la novela en 1969 muchos otros artistas judíos (omnipresentes en cine, TV, literatura…) nos han transmitido estos y otros problemas de pertenecer a su pueblo, haciéndose un poco cansinos en mi opinión. Pero hay que reconocer que son buenísimos humoristas, y esta novela es un buen ejemplo, aunque es un humor amargo y negrísimo, la desesperación de Portnoy es graciosa, y como él mismo dice, la base del humor judío está en reírse de uno mismo.

Además, ha conseguido universalizar su caso, no hace falta ser judío para reconocer esos problemas mentales, y cualquier lector –al menos los tíos– puede sentir afinidad con Portnoy.

jueves, 18 de marzo de 2010

La lucha por la vida

En el último curso de E.G.B. (la Primaria de ahora) nos hicieron leer Zalacaín el aventurero y recuerdo haberlo disfrutado bastante. Por el contrario, no guardo buen recuerdo de El árbol de la ciencia cuando lo leí en el instituto –quizá no era el momento–, y desde entonces no había vuelto a leer nada de Pío Baroja.

Pero con esta trilogía –La busca, Mala hierba y Aurora roja– que se lee como una sola novela, me declaro rendido admirador de don Pío. La lucha del título es la del joven protagonista Manuel Alcázar por sobrevivir y superar la pobreza en el Madrid de mil novecientos, que Baroja retrata magistralmente. Parece ser que la crítica lo acusó de frialdad en su descripción de las muchas miserias que abundaban en las calles, pero a mí me ha encantado su forma de narrar, es cruda y directa pero no renuncia a la piedad por los personajes, ni a la poesía de algunas descripciones. Esas idas y venidas por las calles de Madrid, esos escenarios sórdidos, esos amaneceres… convierten a la ciudad en un espacio mítico como el Londres de Conan Doyle o el París de Fantomas, y es de lo mejor de las novelas.

Manuel lucha por escapar de la miseria y alterna los trabajos legales con los ilegales: zapatero, chulo, trapero, timador de poca monta… mezclándose con personajes de lo más variopinto, desde los pillos de los bajos fondos a falsos aristócratas. Finalmente se decide por la vida honrada, y tras muchos tropiezos consigue establecerse como tipógrafo.


Así lo encontramos en la tercera parte de la trilogía, Aurora roja, en la que cede parte del protagonismo a su hermano Juan, un artista que ha vivido en Francia y está muy concienciado políticamente, hasta el punto de fundar un "club" de anarquistas y revolucionarios. Son geniales las discusiones políticas de este grupo, que ponen de relieve las contradicciones de la anarquía, el debate sobre el uso político de la violencia, el atraso de España… discusiones estériles en las que Manuel prefiere no entrar. Aunque comparte las ideas de su hermano no se implica tanto, y prefiere defender lo que ha conseguido con tanto esfuerzo, aunque lo acusen de aburguesado. El libro se cierra con un discurso pesimista que reduce la vida a una lucha constante de voluntades.

Como curiosidad y dato personal, os diré que trabajé hace unos años en una imprenta de Pontevedra que se fundó en los años 20 con el nombre de "La aurora roja", supongo que como homenaje a este libro, a la profesión de su protagonista y a las ideas izquierdistas del fundador de la imprenta, que murió fusilado en la guerra civil. País…

lunes, 8 de febrero de 2010

Recapitulando

Ya está de nuevo el blog de cumpleaños, coincidiendo (más o menos) con el año nuevo chino. Así que: ¡Feliz año del tigre!


Desde luego el 2009 no ha sido su año (perdón por el chiste malo), y tampoco el de Mal Papel, que ha ido de mal en peor en número de entradas. Ya ni sueño con reseñar todo lo que leo, a partir de ahora lo haré sólo con lo que más me llame la atención, o con relecturas, que este año tengo muchas ganas de releer, no sé, ya veré cómo me lo monto. Por ahora mencionaré algunas de mis lecturas del último año no reseñadas:

Sigo a vueltas con los clásicos, he dejado a los griegos para pasarme a los romanos: Roma de Simon Baker, la Eneida de Virgilio, un par de comedias de Plauto, y el enésimo fracaso con La muerte de Virgilio, de Hermann Broch. He comenzado a leer ese libro tres veces al menos, pero se me hace muy espeso... Ahora me espera Julio César y su guerra de las Galias...

Por lo demás, he cubierto el cupo de narradores actuales con Gomorra, un libro valiente, que muchos podrían haber escrito, pero sólo Roberto Saviano tuvo huevos para hacerlo. Y también cayeron, traducidos al gallego, los cuentos de O conductor de autobús que quería ser Deus, del israelí Etgar Keret en una buena edición de la pequeña editorial Rinoceronte, de Cangas.

Con intención de "preparar" un viaje a Marruecos me leí El cielo protector, de Paul Bowles. El viaje al final me falló, y el libro... bueno, un poco también, esperaba otra cosa... a la traducción se le nota el acento argentino de Aurora Bernárdez, la que fue mujer de Cortázar.

De ciencia ficción, Estación de tránsito, de Clifford D. Simack, un clásico de la Edad de Oro de la sci-fi, con su trasfondo de miedo a la bomba atómica y la guerra fría. A mí me dejó bastante frío también, la verdad. Aunque la historia engancha por momentos, Simack me pareció un escritor bastante mediocre.

Pero sin duda mi "mejor del año" se lo lleva la trilogía La lucha por la vida, de Pío Baroja, de la cual aún confío en escribiros algo próximamente. Y de los que sí he comentado, recuerdo con mucho agrado el Banquete y el Fedón de Platón, los Cuentos de Kafka y El mundo de Millás.

Los tebeos... Estoy dejando un poco de lado mi vena más gafapasta y europea, volviendo a leer cosas como la línea Vértigo, superhéroes, infantil… precisamente uno de los acontecimientos comiqueros del año en España ha sido la colección Clásicos del Humor, de RBA, que recuperó maravillosos tebeos antiguos de la editorial Bruguera: Anacleto, La familia Cebolleta, Sir Tim O’Theo… son algunos de los tomos que me compré para alimentar mi nostalgia... ah, y por otra parte el Topolino de Figueras y el Dr. Slump de Toriyama.

En cuanto a los superhéroes, que tenía muy abandonados, estoy completando la reedición de los Astonishing X-Men de Joss Whedon, que intenta recuperar el sabor de la época gloriosa de los mutantes... y no lo hace nada mal. También le tenía ganas a otro guionista de los que triunfan últimamente: Ed Brubaker, así que me hice con su Catwoman. Cumplidor, pero no "mata".

El que siempre da la talla es el gran Alan Moore. Este año me acabé el último tomo de Promethea, en mi opinión una de sus grandes obras, de la que espero hablaros por aquí. También me hice con algunas de sus obras antiguas que no tenía: la ciencia ficción de Future Shocks y sus historias para Superman.

Y hablando de Superman, estoy en plena "fiebre Grant Morrison", acabo de leer su All Star Superman, estoy completando (y disfrutando mucho) Los Invisibles, y además me compré su añejo y divertido Sebastian O. De Morrison también espero hablaros bastante este año. Y de Frank Miller, un autor que nunca me cayó simpático, pero al que le estoy dando nuevas oportunidades. Sobre todo le tenía ganas a su polémico DK2, y lo cierto es que me ha gustado.

Más tebeos: Profesor Bell y El gato del rabino, del siempre interesante Sfar; Las célticas de Hugo Pratt; Modotti de Ángel de la Calle, un gran biopic con el autor implicándose hasta las trancas; Ici Meme, el mejor trabajo como dibujante que he visto de Tardi...

Decepciones: Breakdowns, de Spiegelman, no es tan genial e innovador como él cree, me parece; Billy Avellanas, no acabo de encontrarle la gracia a Tony Millionaire, la verdad...; Las 3 paradojas, de Hornschemeier: pretencioso, aburrido... insufrible.

El 2009 ha sido un gran año para los cómics: han salido definitivamente del ghetto, y se han publicado grandes obras. Ya he mencionado el All Star Superman, y además he disfrutado con el George Sprott de Seth, el Génesis de Crumb, y la parte que he leído del Acme de Chris Ware... Y podría seguir con más lecturas, pero creo que ya os he cansado bastante (si es que habéis llegado hasta aquí).

... y así, queda inaugurado el cuarto año de Mal Papel. ¡Nos leemos!

martes, 26 de enero de 2010

Bajo el aire

Para quien no lo conozca, una magnífica oportunidad de acercarse al trabajo del "dios del manga" Osamu Tezuka, pues en un solo tomo podemos disfrutar de 16 historias cortas de temática variada: ciencia ficción, ecología, racismo… ¡incluso hay un western!

Fueron dibujadas a principios de los 70, una época en la que Tezuka adoptó un tono más adulto y oscuro, aunque aquí no lo lleva tan al límite como en MW (¡un catálogo de maldades!), si bien algunos relatos son especialmente duros. Por su extensión, en torno a las 18 páginas cada historia, recuerdan un poco a las aventuras de Black Jack, sólo que más libres al no tener que recurrir siempre al tema médico.

Aunque todo el libro me ha parecido una maravilla, me han llamado especialmente la atención las dos historias en las que el protagonista es el propio autor, y también en las que experimenta con el dibujo, como en la titulada La sangre del gato, o en la última, donde usa fotografías… ah, y la portada me parece preciosa.