domingo, 27 de abril de 2008

El tío Marcial

Como lo anunciaba Sabina en La Mandrágora: "con ustedes el ínclito, el maravilloso, el de los dedos vertiginosos: el rock duro de Javier Krahe..."







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viernes, 25 de abril de 2008

Japo-mix

Mi amigo Kazike me ha estado dejando algo de manga, y como son números sueltos voy a hacer un breve resumen conjunto de la impresión que me han causado:

-El número 1 de Naruto. La verdad es que tenía curiosidad por echarle un vistazo a este best-seller. No está mal, supongo, pero tampoco dice nada nuevo, y además las viñetas son tan pequeñas que te dejas las retinas. Ya he tenido bastante.

-Los números 3 y 4 del primer volumen de Detective Conan. Había visto algún trozo del anime por la tele y me había parecido una bobada, pero el cómic está realmente bien: son historias de detectives que beben de los clásicos de Agatha Christie o Conan Doyle, sazonadas con intriga, romance y humor. Muy divertida.

-El primer número de Monster, de Naoki Urasawa, de quien ya conocía su 20th. Century Boys. Este Urasawa sí que sabe cómo mantener enganchado al lector, es un thriller que parece tan adictivo como el 20th… y eso que no me hacen mucha gracia las historias de médicos.

-Y por supuesto, Dr. Slump, tres o cuatro de los primeros episodios. Qué bueno reencontrarse con Arale, Gatchan, la señorita Yamabuki y el resto de habitantes de Villa Pingüino, qué recuerdos. A lo mejor esperáis que cuelgue algún video de cuando echaban la serie en la gallega, que los hay, pero el mejor fragmento lo he encontrado en catalán:



Además, me he leído el primer número de Line-Magazine Manga, una revista sobre manga y cultura japonesa con entrevistas, artículos, un curso de japonés (¡muy interesante!)… y manga, claro, muchas series para todos los gustos con autores consagrados como Monkey Punch junto a otros menos conocidos (por mí, al menos) y algunos españoles. Su único pero son esas páginas patrocinadas por Telepizza… no puedes apartar la vista del logo, es muy molesto.

Y sin salir de Japón, hace poco pude asistir a una proyección de algunos cortos y mediometrajes del Dios del manga, Osamu Tezuka. Geniales, como todo lo de este maestro, y genial la posibilidad de verlos en pantalla grande, fue durante las III Xornadas de Banda Deseñada de Pontevedra. Sobre todo me impresionó su manera de experimentar, explorando estilos muy diferentes y llevándolos siempre a su terreno. Me encantan los autores que "tocan todos los palos", y Tezuka lo hace tanto (y tan bien) en manga como en animación. Os dejo con uno de sus cortos más famosos: Jumping.


miércoles, 23 de abril de 2008

Top Ten: The Forty-Niners

Es increíble que después de más de un año de blog aún no haya aparecido por aquí el nombre de Alan Moore, el mago de Northampton, el autor de cómics más influyente de las últimas décadas… y que no tardará en volver por aquí, ya que ahora mismo acaricio impaciente el lomo de su Lost Girls. Pero de momento…

Top Ten
es, junto a Promethea, mi serie favorita de la línea ABC. Empezó como una serie limitada de doce números que imitaba el esquema del clásico de la tele Canción triste de Hill street, pero cambiando policías del Nueva York de los 80 por policías de Neópolis, una ciudad futurista donde casi toda la población tiene superpoderes, o bien son personajes extraídos de la cultura popular del último siglo.

Tras un irregular aunque divertido spin-off protagonizado por Smax y la Juguetera (Smax el bárbaro), ahora nos llega ésta precuela sobre los primeros años de Neópolis: tras la Segunda Guerra Mundial, los héroes que han luchado en Europa vuelven a casa y son emplazados en la ciudad recién nacida, donde deberán buscarse la vida. Entre ellos está el joven piloto Steve Traynor, a quien ya conocíamos de la serie original.

Además de la trama principal (policíaca, claro) y una subtrama sentimental, Moore aprovecha para trasladar a su particular mundo temas como el racismo (los robots="chatarros"=negros), el abuso a menores (la "sospechosa" relación de los héroes con sus pupilos), o el crimen organizado (las vampiresas prostitutas).

Digresión: ¿por qué ya no se dice "vampiresa" ni "poetisa", como antes?
La RAE a veces me mata, por no hablar de las eses que le han robado a Mississippi, que ahora es "Misisipi"… en fin, sigamos…

Aunque hay cosas que chirrían, como el recurso del periódico con la máquina del tiempo, el cómic no desentona con la serie madre, y Gene Ha sigue siendo un extraordinario dibujante, que plasma en viñetas la enorme cantidad de personajes que pueblan Neópolis: Moore es una enciclopedia de la cultura popular de todos los tiempos, y en esta historia retrofuturista nos encontramos "por la calle" a clásicos del cómic o el pulp como Popeye, Dick Tracy, Doc Savage, el capitán HaddockEn este enlace tenéis la mayoría de referencias (en inglés), aunque creo que se les ha escapado que en la primera viñeta de la página 11 aparece "nuestro" El Coyote.


lunes, 21 de abril de 2008

viernes, 18 de abril de 2008

La vida ante si

Emile Ajar no es más que uno de los seudónimos del escritor conocido como Romain Gary (que tampoco era su nombre real), el único en ganar dos veces el premio Goncourt: la primera como Gary en 1956 y la segunda como Ajar en 1975, precisamente por éste libro y sin que el jurado sospechara nada, pues Gary seguía el juego haciendo que su primo apareciera ante los medios como Ajar.

En esta novela el narrador es Momo (Mohamed), un niño huérfano que vive en un suburbio de París rodeado por una variopinta fauna de inmigrantes, yonkis, prostitutas… Momo sabe que su madre ha sido una de esas putas, y que lo dejó al cuidado de la señora Rosa, una vieja judía que tras dejar la calle sobrevive cuidando a los hijos de sus ex-compañeras.

Pese a su corta edad, Momo sabe ya mucho de la vida, y nos cuenta su historia entre el desengaño y la ironía. Ese es el gran acierto del libro: la naturalidad con la que Momo se enfrenta a su difícil entorno, y también la ternura de su relación con la señora Rosa. Dos grandes personajes acompañados de unos secundarios muy bien construidos: el médico, el boxeador travesti, o el viejo barrendero que lee a Victor Hugo (Momo dice que algún día él también escribirá Los Miserables, y de hecho lo está haciendo, narrando la historia de los miserables del siglo XX).

Volviendo al autor, su biografía incluye una turbulenta relación con la actriz Jean Seberg. Ambos pusieron fin a sus vidas trágicamente, y aunque no venga a cuento, me apetece despedirme con una foto de la bellísima Seberg.

miércoles, 16 de abril de 2008

El señor Jean, el amor, la portera

El señor Jean es un escritor treintañero que se enfrenta a la vida adulta, con sus alegrías y sinsabores, sus amigos y sus novias… en este primer álbum nos encontramos varias historias cortas que presentan al personaje y sus circunstancias. De los siguientes me leí hace años su cuarta entrega, Vivamos felices sin parecerlo, una historia larga mucho más ambiciosa.

Los tebeos del Señor Jean, de Dupuy y Berberian, pertenecen a ese tipo de cómic francés que me deja indiferente, a pesar de que suelen ser obras técnicamente impecables. No me "llegan". Ya me pasó con Larcenet, y en cambio sí disfruto con Trondheim, de estilo similar. Por supuesto, hablo de las pocas obras que he leído de estos autores; espero que puedan sorprenderme en el futuro, pero de momento los encuentro demasiado predecibles, y me aburren. Quizá por su humor (¿demasiado?) amable, o por la manera de enfocar sus historias costumbristas, que en ocasiones rozan lo pedante, y en otras lo ñoño…

Igual me estoy pasando, lo cierto es que son álbumes de calidad que no dejan mal sabor de boca, pero sí un "¿esto es todo?" que para mí los hace olvidables.

viernes, 4 de abril de 2008

miércoles, 2 de abril de 2008

Tonto, muerto, bastardo e invisible

Jesús trabaja gestionando los recursos humanos de una empresa papelera, hasta que un día lo despiden por no dar el perfil que él mismo había contribuido a crear. El despido hace que se replantee su vida, y ayudado por un bigote postizo que le da el poder de cambiar su percepción del mundo, se embarca en una búsqueda de sí mismo que le llevará a vivir las más pintorescas peripecias.

Además de criticar nuestra sociedad "socialdemócrata" (fue publicada en 1995), esta novela de Juan José Millás explora la visión que tenemos de nosotros mismos y la que enseñamos a los demás, así como las traiciones que vamos cometiendo contra nuestro "niño interior", con el que el protagonista consigue reconciliarse a medida que se va despojando de sus máscaras "adultas".

Es una novela corta que debería leerse del tirón, o casi. Yo no lo hice, y tal vez por eso no conseguí meterme del todo en la historia. Pero sí disfruté de su particular sentido del humor, y me quedo con ganas de leer más Millás.